Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo (Buenos Aires, 1899 – Ginebra, 1986). Crítico literario, traductor, bibliotecario, editor, docente y escritor argentino, considerado uno de los intelectuales latinoamericanos más destacados del siglo XX. Fue profesor de Literatura inglesa y de Literatura alemana, director de la Biblioteca Nacional de Argentina, miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras y de la Academia Argentina de Letras, así como un prolífico escritor de cuento, ensayo y poesía. Colaboró, con publicaciones de crítica literaria y de creación, con revistas literarias entre las que se cuentan Ultra, Grecia, Cervantes, Hélices, Cosmópolis, Prisma –de la que fue fundador y de la que llegaron a publicarse dos números-, Nosotros, Proa –publicación de estética ultraísta que fundó junto con Ricardo Güiraldes y otros escritores argentinos-, Martín Fierro, Sur, El Hogar, Destiempo y Los Anales de Buenos Aires –de la cual fue fundador y director-. Conforman su obra los libros de poesía Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925), Cuaderno San Martín (1929), El hacedor (1960), Elogio de la sombra (1969), El oro de los tigres (1972), La rosa profunda (1975), Historia de la noche (1977) y Los conjurados (1985); de cuento: Historia universal de la infamia (1935), El jardín de senderos que se bifurcan (1941), Seis problemas para don Isidro Parody (1942) –escrito en colaboración con Bioy Casares y firmado con el seudónimo H. Bustos Domec-, Ficciones (1944), Dos fantasías memorables y Un modelo para la muerte (1946) –también junto a Bioy Casares-, El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970), El libro de arena (1975) –del que he tomado el cuento que leerán más adelante- y La memoria de Shakespeare (1983); y de ensayo Inquisiciones (1925), El tamaño de mi esperanza (1926), El idioma de los argentinos (1928), Evaristo Carriego (1930), Discusión (1932), Historia de la eternidad (1936) y Otras inquisiciones (1952), entre otros títulos. Su labor literaria fue reconocida con galardones tales como el Segundo Premio Municipal de Poesía (1929), por Cuaderno San Martín; el Premio Nacional de Literatura (1941), por El jardín de senderos que se bifurcan; el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) (1944), por Ficciones; el Premio Internacional de Literatura Formentor (1961) –que compartió con Samuel Beckett- otorgado por el Congreso Internacional de Editores; el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes (1962); la Orden del Sol en grado de Comendador (Perú, 1963); Medalla de Oro del IX Premio de Poesía de la ciudad de Florencia (1965); el Premio Interamericano de Literatura Matarazzo Sobrinho (Brasil, 1970), otorgado por la Fundación Bienal de San Pablo; el Premio Internacional Alfonso Reyes (México, 1973); el Premio Miguel de Cervantes (1980); el Premio Mundial Cino Del Duca (Francia, 1980); el Premio Balzan (Italia, 1980); y el Premio Konex de Brillante a la Figura más Importante de la Historia de las Letras en Argentina (1984), otorgado por la Fundación Konex. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán, sueco, portugués, noruego, danés, italiano, polaco, hebreo, persa, griego, eslovaco y árabe.