José Luis González (Santo Domingo, 1926 - Ciudad de México, 1996) es un reconocido narrador puertorriqueño cuya vida se vio determinada por los avatares políticos de su época. A muy temprana edad debió dejar, junto a su familia, su ciudad de origen (Santo Domingo) debido a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, trasladándose a Puerto Rico, donde vivió su infancia, adolescencia y primera juventud y realizó sus estudios, convirtiéndose rápidamente en un joven y destacado intelectual. Sin embargo, su filiación al marxismo y su defensa de la independencia de Puerto Rico, así como su vinculación con el Partido Comunista, lo condenaron al exilio, ya que, tras un viaje a Checoslovaquia en calidad de delegado estudiantil (1950), le fue negada la entrada a su país, prohibición que duró más de dos décadas. A partir de mediados de los 50 se residenció en México, donde vivió hasta su muerte y donde compuso y publicó la mayor parte de su obra, integrada por relatos, novelas cortas y ensayos, compilados en diversos volúmenes, entre los cuales destaca En Nueva York y otras desgracias (1973), de donde tomo el cuento que comparto más adelante.