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lunes, 25 de febrero de 2019

EL ECO DE LA ETERNIDAD – Mariana Libertad Suárez

Mariana Libertad Suárez (Caracas, 1974). Docente, investigadora, crítica literaria, narradora y ensayista venezolana. Autora de diversos artículos y libros académicos en torno a la escritura de mujeres, tales como Sin cadenas, ni misterios: representaciones y autorrepresentaciones de la intelectual venezolana 1936- 1948; La loca inconfirmable: apropiaciones feministas de Manuela Sáenz (2014) y Emancipadas. Feminismo e hispanismo frente a la Guerra de Independencia (2016). Entre sus publicaciones literarias están los libros de cuentos Ni Magdalena ni Clemencia Isaura (2014), -al cual pertenece el cuento que disfrutarán en seguida- y Ciruelas y chorizos (2015); la novela Deambulando hacia la lumbre (2010); el poemario Oscura bisagra (2017) y la novela infantil El doce de octubre. Ha recibido reconocimientos como el Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas (2008), por Sin cadenas, ni misterios; el Premio Casa de las Américas, Mención Estudios sobre la mujer (2014), por La loca inconfirmable; y Mención honrosa de la IV Bienal de Ensayo Copé (2016), por Emancipadas.

Cuento que se publica íntegramente, con la autorización de Mariana Libertad Suárez.



EL ECO DE LA ETERNIDAD


Carátula del libro: Ni Magdalena ni Clemencia Isaura: cuentos en ritornello (Budok Publishing S.L. - 2015), de Mariana Libertad Suárez
A mi pana, hermana y comadre, Chai hen Hung
(que sí es china y no japonesa), porque nada
se parece a la amistad entre mujeres

Enfin on entendit un choc; les cordes en grinçant remontèrent. Alors Bournisien prit la bêche que lui tendait Lestiboudois; de sa main gauche, tout en aspergeant de la droite, il poussa vigoureusement une large pelletée; et le bois du cercueil, heurté par les cailloux, fit ce bruit formidable qui nous semble être le retentissement de l’éternité

GUSTAVE FLAUBERT, MADAME BOVARY

Reiko Kudaca:
Oye, pero adelántame algo, falta mucho para el viernes

Emma B:
En serio, es que es muy fuerte, no me lo vas a creer

Reiko Kudaca:
Bueno, como dice Rodo, dame al menos los titulares jajaja

Emma B:
Jajajaja ¡Uy, Rodo!, esto parece una señal

Reiko Kudaca:
¿?

Emma B:
Dale, te doy los titulares solamente, pero ya sabes…Shhhhhhh

Reiko Kudaca:
Ajá, mi pana ¿y desde cuándo necesitas hacer estas aclaratorias?

Emma B:
Digo, porsiacá… es que el rollo fue con Rodolfo, precisamente

Reiko Kudaca:
Peeeeeerrrroooo, cuenta, cuenta, cuenta

Emma B:
Y él tuvo esa pelea horrible con Carlos y si se entera de lo que pasó puede que me mate

Reiko Kudaca:
Coño, pero termina de contar (¿y ustedes no están separados?, no te dejes controlar, sabes cómo es)

Emma B:
Voy, pues
La cosa empezó el viernes, es que yo estaba muy deprimida porque vi a Homais en la tele, “denunciando” las estupideces esas que ahora le escandalizan (ahora resulta que el idiota descubrió hoy por la mañana que aquí hay violencia institucional, antes no se había enterado)

Reiko Kudaca:
¿Tú????¿deprimida????

Emma B:
¡Ay, no fastidies!, ¿quieres que te cuente la cosa o no?

Reiko Kudaca:
Jajaja, es que no sé qué tiene de raro que hayas estado deprimida (es como si empiezas diciéndome que tenías los ojos verdes o que eras miope)

Emma B:
Bueno pues, digamos que la cosa empezó el viernes porque no había novedad, jajaja

Reiko Kudaca:
Jajajaja, ajá

Emma B:
Entonces comencé a buscarle explicaciones a todo y terminé por sentarme a leer las actas de las primeras reuniones. En muchas estaba la firma del imbécil de Homais, cuando todos creíamos que su entrega era de verdad, que estaría para siempre… Tengo el material en varios discos, ya estaba revisando el segundo

Reiko Kudaca:
¡Carajo! ¿y tú digitalizaste eso?

Emma B:
Yo me digitalicé hasta el alma, panita, cuando quieras te mando el link para que te la bajes
Jajaja, sabes cómo soy ;)

Reiko Kudaca:
Jajaja ¿que si sé?

Emma B:
El asunto es que entre el papelero que tengo en los discos me encontré con uno de los reportajes del Rodo y lo iba a subir al Youblisher, pero cuando lo abrí me di cuenta de que estaba dedicado a Eloísa

Reiko Kudaca:
Bueno, mi pana, todo lo que publicó entre el 92 y el 2002 está dedicado a ella

Emma B:
Sí, claro, pero lo vi y (no me preguntes por qué razón, porque creo que no la hay) me conmoví

Reiko Kudaca:
Jajaja, no revises más textos del Albaricoque entonces, porque la depre natural se te va a volver crónica

Emma B:
Jajaja, mira, quizás es ingenuidad mía, la cosa es que también pensé en que, por la fecha (diciembre de 2001), esa debía ser una de las últimas publicaciones que él le había dedicado a esa tipa
Eso fue por allá cuando creíamos que lo de ellos era indisoluble

Reiko Kudaca:
Sí, claro, debe ser de las últimas porque para enero de 2002 ya Carlos se la había tumbado

Emma B:
Jajaja (yo estaba tratando de ser menos bestia, pero por lo visto, contigo no se puede)

Reiko Kudaca:
La confianza da asco, mi pana (bromas aparte: la fecha no se me olvida porque el problema estalló el día del cumpleaños de Leo… del último)
Bueno, pero cuéntame qué pasó con nuestro Albaricoque

Emma B:
Sigo, como te decía, estaba leyendo el reportaje, estaba pensando en que nunca más supimos de la mamá de Hipólito. ¿Te acuerdas?
Mientras él estuvo hospitalizado nos decía siempre que nos cuidáramos, que ella entendía los sueños de juventud, pero que éramos buenos muchachos y eso en este país se paga caro… Berthe se había dormido, entonces me abrí una birra. Mientras leía, lloraba como una loca y me tomaba mi tercio, apareció en el chat “el cesto de Albaricoques”

Reiko Kudaca:
¡Bicho!!! ¿Y le dijiste que se fuera a tu casa?

Emma B:
No vale, nos amanecimos chateando, en una conversa buenísima, me jalé como 16 cervezas, imagínate tú… el rollo vino al día siguiente

Reiko Kudaca:
¿Fue virtual?

Emma B:
¡Ya va, coño!, deja que te cuente

Reiko Kudaca:
Jajaja, dale, pero es que andas con un suspenso de novelista

Emma B:
Jajaja, sí, pues, haciéndome la interesante…
El asunto es que comenzamos a hablar sobre el origen de todo esto, me habló de su viejo, de cuando llegó a Venezuela, de las persecuciones, me contó varias historias de los niños desaparecidos, del trabajo con las abuelas que todavía se mantiene, me habló de cuando encontraron a su prima y todo el dolor que sintieron porque se avergonzaba de sus papás (creo que hasta habló de “odio”)…luego comenzamos a pensar la posibilidad de escribir un reportaje largo y publicarlo el año que viene, en el cumpleaños 40 de la idiota esta, porque así ella no quiera a sus padres, no tiene el poder para negar la historia (parece mentira cómo vivir con alguien en los primeros años te puede dañar el cerebro de ese modo) Y bueno, la tormenta que cargo en la cabeza se fue aplacando

Reiko Kudaca:
¿cuál de todas las tormentas?

Emma B:
(la política, China, la amorosa más bien se acentuó jajaja) Hablamos de la primera vez que nos vimos, del encuentro en casa de Leo

Reiko Kudaca:
Sí, claro que me acuerdo… ustedes se cayeron malísimo ¿no? Me acuerdo que meses después todavía me decías que no había que confiar mucho en él

Emma B:
Sí, bueno, hablamos de eso también, de su machismo absurdo de entonces, de cómo le molestaba que yo fuera una chamita tan joven

Reiko Kudaca:
¿Y ha mejorado en algo?, lo del machismo, digo

Emma B:
Mira, no lo sé con claridad… pero no llamó “lesbiana gorda” a nadie en las 18 horas que pasamos juntos, ni dijo que a nadie le faltaba marido

Reiko Kudaca:
Jajaja, está mejorcísimo entonces

Emma B:
Jajajaja, sí pues, es un buen síntoma
Al menos después de viejo se muerde la lengua… aunque sabes que siempre he creído que el machismo no se cura

Reiko Kudaca:
(¿o se dice mejorsísimo?)

Emma B:
No tengo idea (pero de que la cosa es más manejable ahora, lo es) Bueno, te contaba que en medio de la habladera vino el día de la reunión en San Martín y me recordó el juramento, el carajo se guindó a contarme cosas personales, pana, por primera vez en casi veinte años de conocernos… me dijo que cuando había pasado lo de Elo y Carlos una de las razones por las que se había mantenido en el partido era porque le volvía mi imagen de carajita (esa que supuestamente le provocaba desconfianza) diciendo que cualquier causa colectiva siempre valdría más que una molestia individual

Reiko Kudaca:
Bueno, pero esos fueron años muy feos, hasta tú dudaste en ese tiempo

Emma B:
Ojalá hubiera dudado… yo lo que hice fue correr como un gato escaldado :(
La cosa es que cuando me recordó ese día, esas palabras, ese momento de la verdad (como hubiera dicho nuestro Viejo azul) me confrontó conmigo, con lo que soy ahora… Ahora soy mamá, pana, la lucha no es sólo por mí, los hijos son para toda la vida

Reiko Kudaca:
¡Epa!!! De eso hablamos el viernes, jajaja, no me dejes a medio chisme

Emma B:
Jajajaja, voy, es que de la familia, el Albaricoque pasó a preguntarme por la separación, quería saber cómo me sentía y bueno, yo también le pregunté cómo le latía el corazón

Reiko Kudaca:
Ajá

Emma B:
Comenzó entonces una pea nostálgico-cibernética, empezamos a contarnos nuestros líos amorosos, las rupturas recientes y las viejas.
Me confesó todo lo maquiavélica que había sido la Eloísa (ni te imaginas), yo le hablé del rollo de la maternidad, de cómo nos había ganado la rutina y yo me había llenado de asco y obstinación en menos de un año… que después de ahí todo había sido horrible
Bueno, pues… ¿qué te cuento? Cuando me paré a buscar otra birra, ya estaba amaneciendo

Reiko Kudaca:
¡Ño!… ¿y ahí cuadraron?

Emma B:
No, todavía no jajaja, y eso que yo estaba borrachísima, “más rascada que oreja ‘e perro”, como hubiera dicho el cesto… lo que le dije fue que tenía que bañarme, porque en la escuela había una jornada de reforestación, yo le había prometido a mi chama que íbamos a ir, entonces él me dijo que tenía que buscar a su hijo también

Reiko Kudaca:
¿el hijo de él también estudia ahí?

Emma B:
No vale, Elo vive lejísimo, no lo puede llevar por las mañanas, pero como le tocaba pasar el fin de semana con él, le dije que se vinieran con nosotras y que así los chamos se conocían mejor

Reiko Kudaca:
Dime, por favor, que no se revolcaron delante de los niños

Emma B:
Jajaja…. NOOOOO, pero mucho mejor que eso, China, deja que te cuente

Reiko Kudaca:
Dejo, pues, pero apúrate ;)

Emma B:
Bertica y yo llegamos primero a la escuela, así que lo vimos entrar con su carajito de la mano… y ahí, pues, como si yo no le hubiera visto la cara nunca, se me cayeron las medias
El niño está bellísimo, pana, tiene un color de piel alucinante
El carajito, además, es lo más amoroso del mundo, si vieras cómo me abrazó cuando me vio (yo ni creí que se pudiera acordar de mí)

Reiko Kudaca:
Sí, claro, es bellísimo…igualito a él, pero con la piel de la mamá

Emma B:
(Ya quisiera la rana platanera esa ser así de tostadita) Son idénticos y, además, se aman… caminan al mismo paso, cantan juntos un montón de canciones, cuando se sentaban uno al lado del otro, yo llegué a creer que habían desarrollado un idioma particular, porque ni Berthe ni yo entendíamos nada

Reiko Kudaca:
Jajaja ¿Y qué pasó?

Emma B:
Bueno, subimos los cuatro al bosque de la escuela (no sé si te acuerdas que lo llamábamos “el bosque utopía”), los carajitos se cayeron fenomenal… de hecho, era muy cómico porque ellos estaban felices y nosotros agarraditos de la mano. Si no hubiéramos estado sudando las cervezas del día anterior, creo que hubiéramos pasado por una familia gringa

Reiko Kudaca:
Jajajaja, sí, además, multirracial, como debe ser

Emma B:
¡Uno de cada color! Jajaja
Bueno, subimos, plantamos árboles, cantamos...
Una nota el paseo (Fíjate en un ratito que ya estoy subiendo las fotos, el álbum se llama “Reforestando la utopía”)
La cosa es que cuando bajamos, el guía del grupo llamó a los niños y se los llevó, porque tenían que lavarse las manos y ver un video en la salita del aire acondicionado

Reiko Kudaca:
¡Qué bolas tienes!!! ¿Lo hiciste en el colegio de tu hija?

Emma B:
En su salón de clases, China, en su salón

Reiko Kudaca:
¿Quéeeeeee?????

Emma B:
Jajajaja, mira, los chamos se fueron con el guía y nos quedamos los dos solitos en uno de los bancos de afuera… Yo dije (sin ninguna malicia, te lo juro): “Daría cualquier cosa por una coca cola fría”

Reiko Kudaca:
Y el Rodo, por supuesto, te soltó dos pedradas sobre la bebida del enemigo… ¿no?

Emma B:
Jajaja (yo esperaba lo mismo), pero no, pana, todo lo contrario
Me respondió que iba a buscar una en la máquina, la que ha estado toda la vida al final del pasillo de primaria. Yo me había quedado juiciocita en el banco, pero me mandó un mensaje de texto y me dijo que pasara a escoger el refresco, porque se habían acabado las coca colas, entonces entré al edificio que estaba solo
Solísimo… De pronto sentí un jalón por el brazo que salía del aula de tercer grado, me metió para el salón, cerró la puerta y sin anestesia me besó

Reiko Kudaca:
¿él a ti?

Emma B:
Bueno, los dos a los dos, jajaja
Sentí sus manos en la cintura y de pronto me agarró el culo

Reiko Kudaca:
¿Todavía sin anestesia?

Emma B:
Noooooooooooo, ahí con demasiada anestesia... se puso a hablar como un radio prendido (¿por qué será que ninguno de estos panas puede hacer estas cosas sin hablar? Todos son igualitos en eso ;o)

Reiko Kudaca:
Jajajaja ¿Qué decía éste? (no me imagino al Rodolfo diciendo cosas de esas)

Emma B:
¡Qué no decía! “Te tengo ganas, chamita, nunca me imaginé que iba a desear tanto enterrártelo hasta el final”, “tienes un culo hermoso, anda, dámelo”, “tienes una espalda riquísima
¿por qué no me la habías dejado acariciar antes?”, “muérdemela con esa boquita linda, chamita”
Etc. Etc. Etc.
La cosa puede parecer muy cursi, pero a mí el corazón me sonaba en estéreo, el eco de los latidos me reventaban la cabeza y bueno, nos besamos y me metió la mano por dentro del sostén y yo, ni corta ni perezosa, metí la mía dentro del pantalón
No sé si te acuerdas que cuando estábamos chamos él me comenzó a llamar “Evi…”, decía que por Emma Viviana

Reiko Kudaca:
¡Pana, verdad!, yo no me acordaba de eso

Emma B:
Bueno, yo tampoco me acordaba mucho, hacía años que nadie me llamaba así
Cuando me tenía contra la pared, me metió los dedos y me dijo en el oído “Evi, ¿eres tú?, ¿esta vaina nos está pasando de verdad?”

Reiko Kudaca:
¿Y te desnudó?, ¿se desnudaron?

Emma B:
Bajó las persianas con la mano izquierda y con la derecha se abrió el pantalón… y pana, pana… ¡PANA!!!!

Reiko Kudaca:
¿En serio? Nunca me lo hubiera imaginado

Emma B:
China, es que créeme, NUNCA te lo vas a poder imaginar jajaja, a menos que lo veas

Reiko Kudaca:
¿No tenía calzoncillos?

Emma B:
Sí, el tipo andaba con unos calzoncillos azul celeste, de algodoncito (marca ovejita, para colmo de males), así que el panorama inicial podía asustar, jajaja Por suerte fueron unos pocos segundos

Reiko Kudaca:
¡Sí eres rata!

Emma B:
No, la rata es él… si vieras lo que tiene entre las piernas… Cuando puse cara de perplejidad absoluta, el coñísimo de su madre me dijo “Mira, Evi, dieciocho centímetros para tu disfrute” jajajaja

Reiko Kudaca:
Jajajajaja
Jajajajaja
Pana, son unos ociosos todos, Leo era igualito… además de pegarse a hablar cada vez que tiraba, se andaba midiendo aquello todo el tiempo

Emma B:
Sí, igualitos todos
Bueno, te imaginas la circunstancia… yo no estaba para andar corroborando si lo del tamaño era verdad ;o) la cosa es que con su carita de pendejo, resulta que de “cesto de Albaricoques”, el Rodo no tiene nada. Es un macho superdotado, China, perfectísimo, yo no podía dejar de chupárselo

Reiko Kudaca:
¿En serio?, ¿está buenísimo?

Emma B:
Grandes ligas, hermana, grandes ligas… yo veía aquella hermosura y no podía entender qué le había pasado a Eloísa cuando se mandó la historia con Carlos (yo al menos, lo hice al revés, que tiene más sentido)

Reiko Kudaca:
Jajaja, y pa’ nada lo dejó, porque a los tres años terminó sin el chivo y sin el mecate

Emma B:
Cada vez me parece más insensata la pobre…

Reiko Kudaca:
Bueno, el narcisismo no se cura, con eso se carga para siempre

Emma B:
(¡Siempre, pana, siempre!)
La cosa es que después de que lo chupé hasta el cansancio, se puso durísimo, durísimo y arrastró la silla hasta la esquina, se sentó y me llamó con las dos manos
Yo (no me preguntes cómo, porque no lo sé), me bajé el mono de un manotazo, me le senté encima y (con precisión de gacela, China, hasta yo misma me sorprendí del salto jajaja) me encajé ahí, justo ahí…Puse un pie en cada pared, la esquina me calzaba perfecto como si la hubieran diseñado pensando en ese día, le puse las manos sobre los hombros
Entonces él me agarró por la cintura y me subía y me bajaba

Reiko Kudaca:
¡Pana, el carajo te puso a caminar por las paredes! Jajaja

Emma B:
Sí, pues, “Literalmente”, jajajaja, afloró la araña que llevo en el corazón

Reiko Kudaca:
¿Y no te dio miedo que llegara alguien?

Emma B:
Mira, la verdad es que lo pensé por cinco segundos…pero después me dije: no nos dio miedo desarmar policías, visitar a Hipólito cuando lo reventaron, andar por la calle después del ochenta y dos ¿y me voy a asustar por esta pendejada?

Reiko Kudaca:
Jajajaja, ¿te dio tiempo de una reflexión tan elaborada?

Emma B:
Sí, pues, así de rápida soy ;)

Reiko Kudaca:
Lo hicieron una sola vez, ¿no?

Emma B:
Sí claro, fue demasiado hermoso como para repetirlo tan rápido… Chinita, recordé (o quizás entendí) por qué le dicen a eso “hacer el amor”

Reiko Kudaca:
Pana, de verdad que la cosa te hizo daño, jajaja, no leía una cursilería de ese tamaño escrita por ti hace siiiiiglos

Emma B:
Sí, bueno, sabes que la cursilería no se sana nunca, los cursis nos morimos con esa condición (si no me crees, oye la cagada que me mandé después del evento :P)

Reiko Kudaca:
Jajaja, cuéntame, cuéntame

Emma B:
Bueno, el asunto es que el final fue apoteósico, lo sentí bombeando, el carajo, te juro que lo tiene hidráulico…cuando me corría por dentro yo sentía que me estaba vacunando contra todos los males de la humanidad

Reiko Kudaca:
Jajaja, me están dando ganas de entrarle yo también

Emma B:
¡Éjele!, yo llegué primero ;)

Reiko Kudaca:
Jaja, ya veo que así fue… pero sigue ¿cómo se despidieron?

Emma B:
Nos despedimos delante de los chamos, así que fue una cosa muy discreta… pero antes de eso, sobrevino la cursilería
Cuando acabó con todas sus ganas, nos pusimos de pie y nos medio vestimos, entonces cada uno se metió en un baño (todavía el pasillo estaba solito, por suerte), me limpié y salí, China, me lo encontré de frente y nos dimos un abrazo larguísimo, se me abrió un huequito en el estómago y no se me ocurrió nada mejor que verlo a los ojos y decirle “te quiero mucho, mi amor, te quiero muchísimo”

Reiko Kudaca:
Jajajajajaja
Jajajajajajaja
Jajajajajajajajaja
(me van a botar del edificio por las carcajadas que estoy echando)
¿Tuviste un rapto de locura temporal?

Emma B:
Jajajaja, no, pana, ojalá fuera temporal, creo que no se me va a curar… no he podido parar de pensar en cuánto lo quiero, en cuánto lo he querido siempre, ese carajo es de oro (y creo que tú sabes que no me refiero a lo bueno que está ni a lo rico que tira). Lo malo es que por habérselo dicho ahora le activé el ala fóbica de su personalidad

Reiko Kudaca:
¿El ala?, no, pana, esa vaina es estructural

Emma B:
Sí, pues, por eso es que me da miedo terminar de asustarlo, más allá de lo que pase o no pase entre nosotros, ese es tremendo carajo, es uno de esos panas para toda la vida

Reiko Kudaca:
Tranquila, no creo que la cosa termine mal (tal vez ni termine ;))
¡Dicho y hecho! Jajaja ¿Estás viendo?

Emma B:
¿Qué cosa?

Reiko Kudaca:
“El cesto de Albaricoques” cambió su situación sentimental de “soltero” a “tiene una relación”

Emma B:
Noooo ¿En serio?, déjame ver
¿Dónde, pana? No consigo nada

Reiko Kudaca:
Fíjate en “Información”, en el perfil

Emma B:
China, ¿está conectado en el chat?

Reiko Kudaca:
Claro, aquí lo veo ¿Quieres que lo salude?
Yuju ¿Sigues ahí?

Emma B:
¡Coño de su madre!, China

Reiko Kudaca:
¿Qué pasa?

Emma B:
Me eliminó de su lista de amigos

2 comentarios:

  1. Adriana linda: Gracias por compartir, este original cuento. Un cordial saludo para tu amado esposo. Con aprecio, Chente.

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    1. ¡Infinitas gracias por leer y comentar, querido don Chente! Espero que siga encontrando cuentos originales en este, su espacio. ¡Saludos!

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