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lunes, 3 de julio de 2023

JUEGOS DE SALÓN – Ricardo Bugarín

Tengo muchos y muy buenos recuerdos de mi época de estudiante universitaria. Uno de ellos es el de un profesor que solía decirnos: “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Nunca he dudado de la veracidad de esa frase –por mucho que me cueste un mundo aplicarla– y, cuando leo microficción, suelo corroborarla en múltiples sentidos. El género de la brevedad tiene, en Argentina, numerosos y muy destacados exponentes; y uno de ellos es el mendocino Ricardo Bugarín, quien ha cultivado la escritura microficcional y micropoética con especial talento. Por ello, les dejo su microficción titulada Juegos de salón, perteneciente al libro Bonsai en compota, publicado en el 2014 por Macedonia Ediciones.

Cuento que se publica íntegramente, con la autorización de Ricardo Bugarín




Carátula de: Bonsai en compota (Macedonia Ediciones, Buenos Aires, Argentina - 2014) de Ricardo Bugarín

Guillermina de Orange y Fermina del Ciruelo hastiadas de conversaciones de salón decidieron extender las fronteras y enviaron comunicados a los más diversos reinos. Las respuestas no se dejaron esperar. De diversas regiones comenzaron a llegar delegaciones portadoras de propuestas. Cada postulante, a la noble usanza, hizo llegar su iluminado retrato. Los hubo de muy diversas confecciones pero todos respetaron las indicaciones de ser tamaño natural. Los más osados agregaron presentes personales como fue el caso de arcones portadores de mechones de cabellos, manitos de nácar, prendas íntimas abundantes de lazos y hasta se recibió un lunar extirpado.

Seis meses duró la exposición de retratos en las salas dispuestas para la evaluación. Guillermina y Fermina pasábanse las tardes en inquisitorios conciliábulos colocando cada propuesta bajo las más variadas luces examinadoras. Seis meses intensos llevó la regia decisión.

Las propuestas eran interesantes pero el futuro se preveía aburrido. Se reunió a los más aptos de los artistas del reino y se confeccionaron copias manuables de cada postulante. Cerrada la decisión, todos los retratos fueron arrumbados en el caserón anexo al palacio y las copias manuables se convirtieron en barajas.

Guillermina de Orange y Fermina del Ciruelo pasan las tardes en entretenidas mesas de juego.

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