Adelaida –Laidi- Fernández de Juan (La Habana, 1961). Es una médico y narradora cubana, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha publicado los libros Dolly y otros cuentos africanos (1994); Oh vida (cuentos, 1998); La hija de Darío (cuentos, 2005); Nadie es profeta (novela, 2006); La vida tomada de María E (cuentos, 2008); Jugada en G' (cuentos, 2014) y Sucedió en Copperbelt (cuentos, 2014). Numerosos cuentos suyos han sido incluidos en diversas antologías, tanto en su país natal como en el resto del mundo, entre las cuales podemos mencionar Clemencia bajo el sol (Cuba, 1998); Cuentistas cubanas contemporáneas (Argentina, 2001); Totalmente a mano (México, 2002) y Caminos de Eva (Puerto Rico, 2002). Su obra ha sido galardonada con reconocimientos como el Premio Pinos Nuevos (1994), por su libro Dolly y otros cuentos africanos; el Gran Premio Cecilia Valdés (1996), por su cuento Clemencia bajo el sol; el Premio Luis Felipe Rodríguez (1998), por su libro Oh Vida; el Premio Alejo Carpentier (2005), por su libro La hija de Darío; el Premio de cuento UNEAC (2013), por Sucedió en Copperbelt y el Gran Premio de minicuento El dinosaurio (2015), por su texto Naderías de hoy, entre otros. El cuento que aquí les presento forma parte del volumen Bésame mucho y otros cuentos (2007).
DE PERLA Y NÁCAR
-¿Somos todas las que estamos y estamos todas las que somos? -preguntó Sonia Armenteros, prima hermana de la madre de María E., con la pluma y las hojas listas para iniciar el acta de la asamblea.
María E. recorrió con la vista a las mujeres de la habitación para comprobar si eran todas las que estaban y si estaban todas las que eran. Su madre, ubicada en el centro, se abanicaba con un depresor de lengua al que le había presillado un cartón donde estaba escrito "Todos al 1ro. de mayo". Mayra Lois y sus dos hijas ocupaban los asientos laterales de la derecha, Evangelina de la Mercedes (Cuqui) y una barajera que trabajaba de jueves a domingo, los de la izquierda.
-Falta Brígida Sepúlveda, que prometió venir en cuanto terminara una tarea -dijo María E.
-Bien. En lo que llega Brígida, vamos a revisar el cumplimiento de los acuerdos anteriores -dijo Sonia mientras buscaba en su cartera el acta del semestre anterior-. En el punto 1 teníamos que resolver la confusión entre Marylin Monroe y Marylin Manson. ¿Todas están conformes con los carteles y las biografías de ambas personas que hicimos circular?
-Sííííí -dijeron a coro las mujeres, excepto Mayra Lois, quien preguntó que por fin cuál era la diferencia.
-Luego te explicamos -dijeron las hijas.
-Los puntos 2 y 3 -continuó Sonia- fueron cumplidos satisfactoriamente.
-¿En qué sentido? -preguntó Evangelina (Cuqui), autora de las sugerencias contenidas en los referidos puntos.
-Bueno, Cuqui, tú habías propuesto la creación de un Círculo Infantil para el horario de la novela brasileña, y hasta ahora, la barajera se ocupa de eso -aclaró Sonia.
-Pero no todos los viernes tenemos adonde mandar a los chiquillos.
-¡Un momento! -gritó la barajera-. No es mi culpa que haya personas que no sepan ajustarse al horario de mi anuncio, que es de 2 a 6 de la tarde.
-Sea como fuera -continuó Evangelina (Cuqui) -, ya son muchos los viernes que se incumple el acuerdo.
-Tengo entendido -dijo la más joven de las hijas de Mayra Lois-, que los viernes no toca la novela brasileña, sino la cubana.
-¿Y por fin cuál es la diferencia? -preguntó su madre.
-Luego te explicamos -dijeron las hijas.
-De todas maneras... -pretendió continuar Evangelina (Cuqui).
-¡Un momento! -gritó la barajera.
-¡Basta ya! -interrumpió molesta Sonia Armenteros-. Cuando se dice Acuerdo Cumplido, no hay discusión. Recuerden que uno de los preceptos de nuestro Comité es evitar debates inútiles. No es lo mismo el término Incumplido que el Cumplido.
-¿Y por fin cuál es la diferencia? -preguntó Mayra Lois.
-Luego te explicamos -dijeron las hijas.
La madre de María E., cansada de abanicarse y del lento avance que amenazaba con hacer infinita la Asamblea, tomó las riendas:
-Vamos a dejar de comer catibía. Si mi mente no me falla, el acuerdo 3 era iniciar la recaudación de fondos para actividades colaterales. En otras palabras: recoger plata para sobornos imprescindibles. Yo soy la tesorera y con placer les informo (en ese momento, sacó del bolso una libreta escolar forrada con un anuncio de "Todos al 1ro. de mayo") que hasta la fecha tenemos un capital de 125 pesos con 80 centavos. ¿Satisfecha, Cuqui?
-Satisfecha -respondió la aludida.
-Sin embargo -anunció Sonia-, el punto 4 queda pendiente. No hemos podido esclarecer qué significa OFICODA y tampoco nos queda claro si ese organismo es útil o no.
-¿Y por fin cuál es la diferencia? -preguntó Mayra Lois al tiempo en que sus hijas le decían que luego se lo explicaban.
-María E. -continuó Sonia-, tú eres la responsable de los acuerdos 5 y 6, así que da un paso al frente.
María E., quien fungía como Vocal de la Presidenta Sonia, dio un paso al frente y abriendo una carpeta donde se leía "Todos al 1ro. de mayo" (regalo de su madre) leyó:
Introducción:
Al tener en cuenta las dificultades para la detección y posible disfrute del sabor de la pasta dental conocida como PERLA y del olor de los jabones de baño llamados NÁCAR, se propone una investigación al respecto.
Objetivo:
Denunciar posibles engaños u otro tipo de ultraje.
Método:
Se otorga el punto 5 a PERLA y el 6 a NÁCAR.
Desarrollo:
NÁCAR carece de envoltura y de propaganda, de manera que sus características no contradicen ningún tipo de deslumbramientos que hubieran sido anunciados , y podemos afirmar...
-¡Un momento! -gritó indignada la barajera-. ¿No vamos a profundizar en la crítica de ese jabón que no se sabe si es para bañar perros o si está hecho de perros?
-¿Y por fin cuál es la diferencia? -quiso saber Mayra Lois.
-Luego te explicamos, mamá. Continúa, María E. -dijeron las hijas.
"Que llegamos a la conclusión de que el jabón NÁCAR, por el hecho de ser áspero, inodoro y carecer de posibilidades de provocar espuma, hace honor a su nombre. Según nuestras pesquisas, NÁCAR significa, y cito: sustancia dura rica en caliza que producen ciertos moluscos en el interior de su concha. Fin de la cita. Por todo esto..."
-¡Un momento! -interrumpió nuevamente la barajera-. ¿Vamos a seguir bañándonos con un pedazo de cangrejo, según las investigaciones de María E.? Yo creo, compañeras, que no debemos dejarnos impresionar por esas definiciones. Si me permiten, traigo mi bola de cristal y les demuestro que es más agradable pasársela por el cuerpo que esos ladrillos corrosivos.
La madre de María E., que había reiniciado su abaniqueo, salió en defensa de su hija:
-Si vuelven a interrumpir a María E. sin permiso, por mi madre que me levanto y me voy. Nosotras estamos reunidas para ayudarnos a llevar la vida de forma más potable y menos sofocante. ¿Queda claro?
-Síííííí -dijeron las mujeres a coro, a excepción de Mayra Lois, quien preguntó que por fin cuál era la diferencia, al tiempo en que sus hijas le decían que luego se lo explicaban.
María E., dando un nuevo paso al frente, continuó la lectura de su informe:
"... por todo esto, afirmamos que carece de valor la denuncia resumida en el punto 6. En cuanto al asunto PERLA, se procede de modo similar al NÁCAR. Si bien se presenta la pasta dental contenida en un envase, también es cierto que este no indica qué sabor o textura debe poseer la llamada PERLA, de manera que esa mezcla que nos produce sensaciones de arena en las encías, en la lengua, en la garganta y en la boca toda no es, legalmente hablando, un engaño. Nuestros cuestionamientos incluyeron el análisis etimológico de la palabra PERLA, que significa...
-Permiso... ¿puedo hablar? -preguntó Evangelina(Cuqui), con humildad.
-Puede, pero sea breve -aprobó Sonia.
-Compañeras: desde los tiempos de nuestra gloriosa liberación, la nueva pasta dentrífica adquirió el bellísimo nombre de PERLA, y nuestros jabones, los autóctonos de verdad, se llaman NÁCAR. Me preocupa el giro hasta cierto punto diversionista que está tomando esta asamblea. Noto debilidad en los principios, carencia de fuerza espiritual y me pronuncio enérgicamente en contra de esas vulnerabilidades. Yo no asistí a la asamblea anterior y por tanto no tengo nada que ver con la solicitud de que fueran analizados dos de nuestros productos nacionales. Exijo que conste en acta mi repudio. Yo no soy crítica, sino patriota.
-¿Y cuál es la diferencia? -preguntaron las demás mujeres.
-Después les explico -dijo Mayra Lois.
-¡Un momento! -gritó la barajera poniéndose de pie, dejando ver su vestido con todos los colores del arco-iris-. Con el permiso de Sonia y de María E., yo necesito aclarar algunas cosas. ¿De cuando a acá, Cuqui, tú determinas cuáles son nuestros símbolos patrios? ¿Qué tiene que ver una insípida pasta y un jabón arcilloso con el Escudo? ¿Tú te atreves a comparar el Himno de Bayamo con un engrudo? ¿A la palma real con un ladrillo? ¿Es que perdiste el poco juicio que te quedaba?
-Lo peor, señoras mías -intervino la madre de María E. dejando a un lado el depresor de lengua con el cartón presillado-, no es eso. Lo realmente preocupante es que se nos acuse de prostitutas morales. Es inaceptable, al menos para mí, que desciendo de mambises. Y mucho más insultante resulta la acusación en boca de alguien que prefiere la novela brasileña a la cubana, como ha quedado demostrado en esta asamblea. Siéntate, barajera, que esto es para largo. Propongo que Sonia Armenteros y María E. den un paso al frente y se dispongan a contar votos. Debemos decidir si Cuqui permanece en nuestras filas, o no.
-¡Yo no puedo ser expulsada! ¡Yo tengo derecho a decir lo que pienso igual que ustedes! ¡Yo nunca dije que la PERLA y el NÁCAR fueran símbolos patrios! ¡Yo soy más útil dentro que fuera! -se defendió Evangelina (Cuqui).
-¿Y por fin, cuál es la diferencia? -preguntó Mayra Lois sin recibir respuesta. Sus dos hijas, obedeciendo a una seña de la madre de María E., comenzaron a repartir papelitos para la votación.
Por unos momentos, el silencio se apoderó de la habitación. Las hijas de Mayra Lois recogieron los sufragios y, sin mirarlos, los depositaron en la mesa presidencial. Sonia Armenteros retomó el control de la asamblea anunciando que mientras ella misma realizaba el escrutinio, María E. debía continuar la lectura de su informe, habida cuenta de que quedaba pendiente el chequeo de acuerdos. María E., obediente, dio un tercer paso al frente y leyó:
"Nuestras pesquisas nos llevaron al análisis etimológico de la palabra PERLA y a la búsqueda de su significado, que exponemos a continuación, cito: Se trata de una concreción esférica que se forma entre el manto y la concha de determinados moluscos bivalvos. Las perlas están constituidas por capas de cristales de carbono cálcico unidas por materia orgánica. Fin de cita. Por consiguiente, sentimos el deber de comunicar a esta asamblea que el producto analizado no es, como tampoco el NÁCAR, susceptible de críticas o sanciones.
Conclusiones.
Ambos elementos constituyen fuentes naturales de salud, belleza y confort, a pesar de sus aspectos, sabores y texturas.
Recomendaciones:
No usar ninguno de los dos, debido a sus aspectos, sabores y texturas.
Autora. María E.
-¡Un momento! -se atrevió la barajera-. ¿Nuestras pieles y nuestros dientes están siendo sometidos a calizas y a concreciones de ciertos moluscos? ¿Nos vamos a quedar así? ¿Qué dirán las futuras generaciones cuando empiecen nuestros nietos a convertirse en jaibas, en langostas o en alacranes?
-¿Hay alguna diferencia? -preguntó Mayra Lois y no jodas más, dijeron las hijas.
-¡ATENCIÓN! ¡ Voy a leer el resultado de la votación! -anunció Sonia Armenteros dando su segundo paso al frente-. Pero antes, debo decir que existen amplias diferencias entre moluscos y crustáceos. No es lo mismo un ostión que un langostino, porque las corazas...
-¡Está bueno ya, carajo! -gritó enfurecida la madre de María E. lanzando al suelo su abanico del 1ro. de mayo-. ¡Esto no es una clase de Biología, Sonia! ¡Acaba de decir si Cuqui continúa en nuestras filas o no, que luego yo tengo algo que decir!
-Correcto. Les informo que estamos en una encrucijada. Aquí tengo tres votos a favor, tres en contra y uno que queda descalificado.
-¡Un momento! ¿Cómo descalificado? -preguntó la barajera.
-Sí. Un voto no dice ni sí ni no.
-¿Y qué dice?
-Dice textualmente: "¿Y por fin cuál es la diferencia?"
De nuevo el silencio se apoderó de la sala, mientras todas las mujeres, incluyendo a Evangelina (Cuqui) clavaban sus miradas en Mayra Lois, quien procedió a recoger del suelo el depresor de lengua de la madre de María E. y comenzó a abanicarse frenéticamente.
-Si no llega Brígida Sepúlveda, estamos fritas -comentó en voz baja María E.
-Quiero aprovechar esta tregua para decir algo que tengo entre el pecho y la espalda -dijo la madre de María E., arrebatándole el abanico a Mayra Lois.
-Procede. Da un paso al frente y habla -autorizó Sonia.
-Yo quería decir que, pensándolo bien, debemos darle una oportunidad a Cuqui, al mismo tiempo que le imponemos un castigo.
-¡Un momento! -gritó la barajera-. Explícate mejor, porque nos has dejado igual que NÁCAR y PERLA: de puya y cepillo.
-Correcto. La oportunidad sería dejarla en nuestra organización sin derecho al voto por dos años consecutivos.
-¿Y el castigo, mamá? ¿No es suficiente con suspenderle el voto? -preguntó María E.
-No. El castigo será que con el dinero recaudado, compre NÁCAR y PERLA para su uso exclusivo durante los dos años en que tendrá suspendido el derecho al voto entre nosotras.
Todas las mujeres comenzaron a aplaudir con entusiasmo, a excepción de Evangelina (Cuqui) quien trató de defenderse a gritos:
-¡Eso no es justo! ¡Eso no es justo!
-Ah... -dijo la madre de María E-. ¿No es justo que uses los productos nacionales que tanto defendiste? ¿Ya no te parecen orgullo de nuestra identidad?
-¡Un momento! -interrumpió nuevamente la barajera-. ¿En qué quedamos, Cuqui? ¿No fue tuya la idea de recaudar dinero?
-Señoras, señoras -dijo con solemnidad María E.-. Les tengo una sorpresa que esclarecerá muchas cosas. Pido que pase a la sala Brígida Sepúlveda, que lleva tiempo en el portal. ¡Pasa, Brígida, por favor, para que nos cuentes los resultados de tu gestión!
-¿Y por fin cuál...? -empezó a preguntar Mayra Lois, interrumpiéndose ella misma al ver entrar a Brígida Sepúlveda con paquetes de jabones Lux, Palmolive, Heno de Pravia así como tubos y tubos de pasta dental Pepsodent, Colgate, Dento-Menta y Fresh.
-¡¿Qué significa esto?! -exclamó, alarmada, Sonia.
-Con el perdón de todas ustedes -explicó la Sepúlveda-Yo estaba registrando la casa de Cuqui. Ella me comentó lo que pensaba decir en la asamblea de hoy, y como yo sabía los resultados de la investigación de María E., pues...
-¡Eso es violación de domicilio! ¡Robo con fuerza! ¡Intimidación, chantaje y abuso de confianza! -se indignó Evangelina (Cuqui)
-Como si es alevosía, premeditación y nocturnidad, nos da igual, Cuqui - sentenció la madre de María E. abanicándose con furia.
-De acuerdo, de acuerdo-terció Sonia Armenteros-. Vamos a calmarnos. Yo propongo someter a votación...
-¡Un momento! -gritó la barajera- ¿Qué vamos a votar?
-Tenemos dos opciones -explicó Sonia-: Inciso A- Se queda Cuqui en la organización usando PERLA y NÁCAR durante dos años consecutivos, o Inciso B- Sale de entre nosotras y usa Colgate con Palmolive, Lux con Pepsodent o cualquier otra combinación. Que las hijas de Mayra Lois den un paso al frente y repartan papelitos, por favor. ¿Alguien tiene objeciones, aparte de Cuqui?
El silencio se apoderó por tercera vez de la sala, mientras las hijas de Mayra Lois repartían, esperaban, recogían y finalmente depositaban las boletas en la mesa presidencial. Sonia Armenteros, luego del segundo escrutinio de la noche, se aclaró la garganta antes de anunciar:
-Queridas compañeras: tenemos siete votos a favor del inciso A. Considero, como presidenta, que ha sido un logro de la organización. Hemos alcanzado una madurez admirable. Felicidades, Cuqui. Puedes quedarte entre nosotras. Serás capaz de superar este escollo, este lamentable incidente quedará sepultado en el olvido luego de dos años, porque, como tú dijiste, eres más útil dentro que fuera, y es mi deseo, en nombre de todas, exhortarte a...
-¡Un momento! -gritó la barajera-. Cuentas claras conservan amistades y no se trata de soplar y hacer botellas. Yo pregunto: si votamos María E., su madre, Sonia, Brígida, las dos hijas de Mayra Lois, Mayra Lois y yo, ¿por qué sólo hay siete votos?
-Porque yo no acabo de saber por fin cuál es la diferencia -explicó Mayra Lois con inusitada energía.
-¡Ay, mamá, luego te explicamos! -dijeron las hijas, apenadas.
-No, no, basta ya. Quiero saberlo por mí misma. Si nadie se opone, yo me llevo los paquetes de jabones y de pastas que trajo Brígida, y en la próxima asamblea, les explico, ¿qué pasa? ¿ por qué todas me miran como si yo fuera un molusco bivalvo? ¿Ustedes creen que a mí me importa la diferencia entre Marylin Monroe y Marylin Manson? Ay... por favor, yo lo que quiero es llenarme la boca de espuma como las personas, y bañarme con algo que me acaricie, me perfume y me mime. Estoy hasta el último pelo de andar preguntando cuáles son las diferencias y siempre me dicen...
-¡Alto ahí! -intervino la madre de María E.-. Basta de cháchara que aquí nadie monta guanajo a pelo. Todo está calculado, Mayra Lois, no te preocupes. Comienza la repartición, María E., y que las hijas de Mayra pasen un listado donde cada una firme "Recibido". Nos tocan dos jabones y un tubo per cápita.
Todas las mujeres, incluyendo a Evangelina (Cuqui) se amontonaron junto a la mesa presidencial, recogieron sus cuotas, firmaron el acta de "Recibido" y sin tiempo para nada más, se retiraron casi corriendo.
Estaba al comenzar la novela brasileña.
Interesante asamblea, pero puede explicarme alguien cuan es la diferencia. ¿De qué? De lo que sea, pero no me quiero ir en blanco, la telenovela está por comenzar.
ResponderEliminarInteresante. Gracias por compartir.
No quisiera que mi comentario estuviera tan liado con la realidad venezolana, pero cómo no hacerlo si parece conducirnos, poco a poco, a un escenario similar al cubano. Una asamblea para repartir jabones y crema dental, ¡caramba! mecanismos para arreglarnos como podamos.
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